

Tecnología en la nube y adaptabilidad turística
En estos tiempos donde la demanda sube o baja en función de las noticias que comparten los gobiernos, prácticamente está obligando a las empresas turísticas, sobre todo las hoteleras, a agilizar su respuesta ante estos picos de reservas y cancelaciones, y ofrecer así una experiencia a sus clientes alineada con sus expectativas. Es por ello que la nube ha sido una de las protagonistas durante esta pandemia y clave para este sector, ya que, además de centralizar sus sistemas de información, optimizan sus flujos de trabajo, y facilitan la comunicación tanto interna como externa de cara a mejorar la relación con clientes y proveedores.
No en vano, los grandes proveedores cloud como Amazon Web Services, Microsoft o Google han realizado una fuerte inversión para mejorar la resiliencia de su infraestructura y poder gestionar la mayor demanda que se está produciendo, y las principales empresas del sector están incorporando esta tecnología a sus procesos. Como ejemplo, durante los meses más duros de la pandemia Meliá Hotel International redujo considerablemente sus gastos , al mover todas las consultas y servicios a la nube de Amazon Web Services (durante el mes de junio, recibieron un pico de 2.000 reservas diarias). Y hace unos días Hotelbeds se hacía eco del acuerdo alcanzado con Google Cloud para reducir sus tiempos de respuesta y aumentar sus tasas de conversión de ventas, ofreciendo además una mayor flexibilidad y fiabilidad.
En nuestro post Por qué las empresas turísticas deberían migrar a la nube, ya hablamos de cómo desde Brújula · a CMC company, podemos liderar un itinerario de migración cloud con nuestro modelo de nube híbrida. Además, su combinación con nuestras soluciones de big data y de analíticas de datos, proporciona la información necesaria para conocer mejor al cliente, especializándose y personalizando la oferta de productos y servicios, mejorando la conversión y la experiencia.
Y es que para conseguir esta mejora de la tasa de conversión, los esfuerzos han de orientarse a la satisfacción de las necesidades específicas de cada viajero, la mejora de su experiencia de usuario y, en definitiva, su fidelización en un ecosistema complejo por los niveles de intermediación y muy competitivo.
El sector turístico ha de ser líquido, necesita plataformas tecnológicas que aglutinen la información y los servicios que las distintas empresas de la cadena de valor ofrecen a los usuarios finales y a la vez se prestan entre sí, y en estos momentos en el que el tráfico y las transacciones se pueden multiplican por un factor elevado, las compañías que no quieran perder ni sus clientes ni el negocio asociado, tienen en la nube la herramienta ideal para adaptarse en función de esta demanda.
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